OBJETIVO
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Difundir el evángelio de Jesucristo a través de la red y de esta forma llegar a todos aquellos que no le es fácil visitar la iglesia o asistir a una reunión, pero que sí tienen acceso a la internet.
Interceder en oración y ser vía de información de las diferentes actividades de las congregaciones que se dedican a la alabanza y adoración de Dios.
Difundir el evángelio de Jesucristo a través de la red y de esta forma llegar a todos aquellos que no le es fácil visitar la iglesia o asistir a una reunión, pero que sí tienen acceso a la internet.
Interceder en oración y ser vía de información de las diferentes actividades de las congregaciones que se dedican a la alabanza y adoración de Dios.
martes, 26 de julio de 2011
Jesús sana a un muchacho endemoniado
Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. Él les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad. Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él. Entonces el espíritu, clamando y sacudiéndole con violencia, salió; y él quedó como muerto, de modo que muchos decían: Está muerto. Pero Jesús, tomándole de la mano, le enderezó; y se levantó. Cuando él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?. Y les dijo: Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
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